TE AMO POR CONVENIENCIA

23.11.2014 18:31

 

“La primera vez que se lo dije me miró con desprecio y ofendida. Sus ojos como fuego penetraron en mi pecho quemándolo todo. Sonreí como para distender, pero su mirada seca y profunda permanecían fijas en mi con tal incomprensión que no me quedó otra que tocar con ternura su pera… y explicar la tremenda ofensa que acababa de proferir ante sus propios ojos incomprensibles.”

 

Claramente existen conceptos con los cuales nos cuesta lidiar. Muchas veces, cosas que decimos guardan en sí mismas un profundo sentido reflexivo del cual hacerse cargo se transforma en una interesante oportunidad de saber dónde estamos, qué queremos y por qué amamos.

 

Es precisamente esta última pregunta a la cual llegué buscando respuestas que pudiera compartir. Y luego de un buen rato, llegué a la única conclusión sensata que pese a todo costo trataré de explicar. Uno ama simple y sencillamente porque le conviene.

Este concepto, conveniencia, siempre tan asociado a mezquindad y finalidades oscuras, es en sí mismo una  manera de hacerse cargo de nuestras propias necesidades y asociado al concepto del amor podemos entonces comprender que cuando amamos lo hacemos no sólo por amor al otro, sino que también por amor a nosotros mismos. Muchas veces nos decimos lo feliz que nos hace una persona, por lo tanto, si estamos con esa persona es porque nos gusta sentir lo que sentimos al estar con ella. Es decir, estamos con ella porque nos conviene.

 

Y que nos convenga no tiene nada de malo. Es más, lo más complejo es la antítesis. Es decir, que alguien se permita estar en una relación que no le conviene puede resultar ilógico y por lo mismo, altamente incomprensible.

 

Siempre vemos a las relaciones de pareja como un acto de “entrega absoluta”. Pero lo cierto es que las relaciones deben ser mucho más que eso. Esta entrega absoluta más que vincularse a un estado de enamoramiento sublime se relaciona con una postergación de sí mismo que nunca es sana para una relación. Por lo tanto, hacer el ejercicio de análisis y preguntarse por qué estamos con la persona que estamos, nos hará descubrir las razones que nos conectan con la felicidad de ese permanecer y por lo tanto podremos concluir que estamos donde estamos porque queremos estar ahí, porque obtenemos algo a cambio que se llama satisfacción. Satisfacción de necesidades que tenemos y necesitamos resolver. Y que por cierto aquello no implica nada malo. Muy por el contrario.

 

Si las relaciones de pareja se sustentan sobre que la felicidad del otro es mi propia felicidad, resulta extraño que la postergación del otro sea positiva para la pareja. La máxima tiene que ver con la siguiente aseveración lógica: Si la postergación no te hace bien, la postergación no te hace feliz. Si yo soy feliz cuando tú lo eres, tu postergación no me conviene, pues no me hace más feliz.

 

En definitiva, hablamos de la importancia de cuidar al Yo en una relación para así poder fortalecer al Nosotros.

Entonces, si bien la aseveración “te amo por conveniencia” puede resultar violenta a primera vista, es muy sensato al analizarlo con detenimiento. Te amo porque me conviene. Porque me conviene sentirme feliz. Porque me conviene sentir la felicidad que provoco en ti, porque eso también me hace feliz. No te hago un favor al estar contigo, pues el estar contigo es bueno para mí. Me conviene

 

En el amor no hay sacrificios. Hay esfuerzos.

 

En el amor no hay postergaciones. Uno mismo es la prioridad, pues eso te mantiene libre y libre se ama mejor.

 

“Te amo porque me conviene le dije… y porque a ti también te conviene amarme… ¿Amémonos entonces?”

Volver

Contacto

Centro de Atención Psicológica Sentido Humano
Sargento Aldea 379. Chillán. Chile.

42-2216140
42-2543190
+56 9 42043671

© 2014 Todos los derechos reservados.

Haz tu página web gratisWebnode